Las cosas no acostumbran a ser fáciles.
Unas veces por falta del músculo financiero, otras porque la falta de contactos hace que empieces desde la primera casilla del tablero (¡y no desde la tercera o cuarta desde la que empiezan otros!); y otras porque la realidad siempre te obliga a ser mucho más flexible y maleable de lo que inicialmente te habías planteado… El resultado es que muchas veces te verás remando contra corriente.
Pero, por duras y difíciles que parezcan a veces… ¡HAY UNA COSA QUE TE QUIERO DECIR!:
¡LOS SUEÑOS SIEMPRE SE HACEN REALIDAD! Perooooo (¡sí! ¡hay un pero..!)
El «pero» es que se hacen realidad, pero sólo para aquellos que PERSIGUEN SUS SUEÑOS CON PASIÓN, CORAJE y DETERMINACIÓN.
Y ahora quiero contarte una HISTORIA. Una historia a la que quizás puedas cambiarle los personajes y vivirla en primera persona.
Es…
«La HISTORIA JAMÁS CONTADA de TU EMPRESA de IMAGEN CORPORATIVA»
Y dice así…
«Érase una vez un reino muy muy lejano, donde la magia, las ideas, y la tecnología se entrelazaban en un baile eterno. En él había una pequeña aldea llamada Creatópolis.
Era un lugar donde la creatividad fluía como un río cristalino y los habitantes siempre buscaban innovar en cada aspecto de sus vidas.
En el corazón de Creatópolis, había dos jóvenes emprendedores, Luna y Érico, a los que apasionaba el diseño gráfico. Soñaban con, algún día, crear su empresa y llevarla a lo más alto del sector.
Su objetivo era claro: Ser reconocidos como líderes en la creación de imágenes corporativas innovadoras e impactantes.
La mañana en la que decidieron comenzar su aventura no fue como ninguna otra.
Habían estado mucho mucho tiempo sintiendo ese impulso, pensando y sopesando… ¡hasta que finalmente decidieron que había llegado el día!
Bajo el resplandor del sol naciente, Luna y Érico se reunieron en su modesto estudio, rodeados de lienzos en blanco, de todo tipo pinturas de colores y especialmente, de una gran dosis de determinación en sus corazones… ¡y empezaron a DISEÑAR!
Juntos, pasaron días y noches perfeccionando su arte, fusionando la magia de la imaginación con la precisión de la tecnología.
Al principio, sus clientes eran más humildes y sus proyectos más modestos; pero el entusiasmo con el que trabajaban les llevaba siempre a dar su máximo potencial. Crearon logotipos que parecían cobrar vida, colores que susurraban historias y diseños que dejaban sin aliento a quien los contemplaban.
Poco a poco, la reputación de la empresa comenzó a crecer. Empresas de todo el reino buscaban sus servicios, ansiosas por obtener una imagen que las destacara entre la multitud. Con el paso del tiempo, Luna y Érico se convirtieron en figuras reconocidas en el mundo del diseño; y su estudio se transformó en un lugar de peregrinación para aquellos que buscaban la excelencia visual.
Pero el camino de ascenso no estuvo exento de desafíos. Competidores celosos intentaron socavar su éxito. Algunos plagios intentaron robar su genialidad y mensajes maliciosos intentaron generar dudas internas para minar su confianza. Sin embargo, Luna y Érico se mantuvieron firmes, alimentados por su pasión y su creencia en su visión.
Finalmente, llegó el día en que la empresa alcanzó otra de sus metas. Su arte había calado y ya estaban en la mente de los más grandes.
Entonces, la empresa de una gran reina muy conocida en el lugar, contactó con ellos para reinventar por completo su imagen corporativa.
Luna y Érico se sumergieron en el proyecto llenos de ilusión y aportando todo su talento y dedicación. Trabajaron con energía y todo tipo de ideas (unas más sobrias y otras más alocadas) sobrevolaron durante los días siguientes el estudio. Finalmente, llego el día de asistir a Palacio para presentar su propuesta. El momento acercó hasta los exteriores a un sinfín de personas, anhelosas de conocer el resultado. ¡Y éste no defraudó!
Cuando revelaron el nuevo diseño creado, el impacto fue monumental.
La nueva imagen corporativa era una muestra extraordinaria de creatividad y originalidad, un símbolo que trascendía lo ordinario y elevaba a la empresa de la reina a nuevas cotas. La noticia se extendió como la pólvora y pronto el estudio de Luna y Érico se convirtió en sinónimo de innovación y excelencia en el mundo del diseño.
Luna y Érico celebraron su éxito con alegría, recordando entre sonrisas los días de lucha y sacrificio que los llevaron hasta allí. Pero sabían que su viaje aún no había terminado. Con cada nuevo proyecto, seguirían desafiando los límites de la creatividad, llevando su empresa y su arte a lugares aún más grandiosos.
Y así, su historia épica de éxito y visión sirvió de inspiración a todos aquellos que soñaban con alcanzar las estrellas, pero que sabían que para ello necesitarían todo su ingenio y determinación».
NOTA:
- Los personajes reales no se llaman Luna y Érico.
- Esta historia va dedicada a todos aquellos clientes a los que muchas veces empujamos hacia arriba, que un día sintieron ese impulso del corazón y sobre todo, que… ¡nunca nunca abandonan sus sueños y se dejan caer!
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